Interpretando Juan 3.16 (tercera parte)

30 01 2011

En esta tercera parte, seguimos interpretando Juan 3.16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Ya analizamos el versículo gramaticalmente. Vimos también el contexto literal (capítulo 3.1-21) y algo del contexto cultural. El versículo 14 les tuvo que haber llamado la atención: «Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado».

Suena raro! Pero un judío entendería inmediatamente el mensaje, así como cualquier persona que conozca bien el Antiguo Testamento. Jesús se estaba refiriendo a algo ocurrido con el pueblo de Israel, en el desierto, narrado en el libro de Números.

«Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía» (Números 21.4-9).

No hablamos aquí de una serpiente mágica, o algo por el estilo, y sí de la salida proveída por Dios para que el pueblo se salve.

Lo único que hacía falta para ser salvo del veneno de las serpientes y no morir era mirar a la serpiente de bronce que hiciera Moisés, en otras palabras, lo único necesario era confiar en el remedio dado por Dios, el único capaz de librarlos.

Los que no creyeron murieron y los que creyeron vivieron. Entonces entendemos las palabras de Jesús! Leamos ahora de corrido, los versículos 14 a 16, destacando con negrita el 16:

«Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Juan 3-14-16

El mundo está perdido, envenenado y condenado a la muerte eterna, como consecuencia del pecado, pero Dios en su amor proveyó el medio de salvación!

Si crees que sos pecador, incapaz de obtener la salvación por tus méritos, y crees que Jesús es el Hijo de Dios, enviado por Él para salvarte, entregale tu vida y pasá a disfrutar de su gracia!

Gracia esta que nos liberta de la esclavitud del pecado, y nos permite ser libres para servirle al Señor, honrando a Dios, viviendo así para lo que fuimos creados, para la gloria de Dios.






Interpretando Juan 3.16 (segunda parte)

12 12 2010

Habiendo visto la primera parte en el post anterior, continuaremos interpretando este versículo, teniendo en cuenta ahora el contexto del texto, así como también el contexto cultural.

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». Juan 3.16

Antes de continuar, uno debe buscar una Biblia y leer el capítulo 3, versículos 1 a 21. Vemos que Juan 3.16 es una frase dicha por Jesús, a un fariseo llamado Nicodemo, que le había buscado para conversar.

Hoy «fariseo» es sinónimo de hipócrita, porque Jesús conociendo sus corazones los exhortó duramente varias veces. Pero un fariseo en aquel entonces era una persona de referencia entre los judíos, un hombre ejemplar, un profundo conocedor de las Sagradas Escrituras y un destacado cumplidor de las costumbres religiosas.

Nicodemo, además, era un «principal entre los judíos». Pero Jesús le enseña, entre los versículos 2 a 13, que él no estaba pronto para ver el reino de Dios, que había nacido de la carne, pero todavía no del Espíritu.

A esta altura, es fundamental destacar una vez más que no estamos hablando de cualquier persona. Estamos hablando de una de las personas más religiosas del momento, y aún él necesitaba nacer de nuevo, nacer espiritualmente, para poder ver el Reino de Dios.

Es en ese contexto que Jesús le dice: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna».

La salvación, el nacimiento espiritual, no depende de las obras, de lo religioso que uno pueda llegar a ser, y de nada que esté al alcance de uno. La salvación depende de la fe en Cristo, quien Dios envió, para que todos aquellos que en Él crean sean salvos, puedan acceder a la vida eterna, puedan nacer espiritualmente.

Repito lo que escribí en el post anterior. El mensaje es clarísimo: El que cree en Jesús, quien fue enviado por Dios para salvar al mundo, tiene la vida eterna.

En el siguiente post veremos sobre el versículo 14, que sí o sí les debió haber llamado la atención, y a partir del mismo la enseñanza bíblica quedará más redundante aún!





Interpretando Juan 3.16 (primera parte)

4 12 2010

Habiendo visto en los 16 artículos (posts) anteriores varias consideraciones que tenemos que tener en cuenta para interpretar la Biblia, vamos a la práctica leyendo y buscando comprender uno de los versículos más famosos de la Biblia.

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». Juan 3.16

Primero, vemos qué estilo literario es (pueden recordarlo en este link). Nos percatamos que es una narrativa, donde entonces el autor está narrando acontecimientos.

Antes de fijarnos en el contexto, leemos bien el versículo. Aquí entra la gramática, porque cada palabra tiene su importancia y debe ser bien interpretada (no les hablo de nada de otro mundo, nada más hay que fijarse en cada palabra como uno lo hace al leer el periódico, o un libro).

«Dios amó al mundo», y «dió a su hijo». Ambos verbos están en el pretérito, o sea indica que esas cosas ya pasaron. Así vemos que el motivo por el cual Dios dio a su hijo fue su amor por el mundo.

«Hijo unigénito». Unigénito significa único hijo. Dios dio a su único hijo! Esto resalta el tamaño del amor y del sacrificio, porque no era cualquier hijo, o uno de sus hijos, era su único hijo. Además, esta enseñanza también hecha por tierra doctrinas falsas que indican que Satanás es hermano de Jesús.

«Para que todo aquel que en él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna».  En esta frase, vemos para qué dio a su hijo: para darle vida eterna al mundo, en vez de que este se pierda.

Aquí vemos un contraste entre «vida eterna» y «perdición». Siendo así, percibimos claramente que la perdición a la que se refiere es la perdición eterna.

Se nota también, claramente, que la vida eterna no es automáticamente para todo el mundo, sino para «todo aquel que en él crea». Hay que creer en él. En él quien? En el hijo, o sea, en Jesús.

El mensaje es clarísimo: El que cree en Jesús, quien fue enviado por Dios para salvar al mundo, tiene la vida eterna.

En el siguiente post (puede que sea uno, puede que sean más) veremos más sobre éste versículo, mirándolo a la luz de su contexto histórico y textual.

Pueden ir anticipando leyendo el capítulo entero: Juan, capítulo 3.





La Biblia es como un mapa a tesoros escondidos

20 11 2010

La Biblia es como un mapa, y todo mapa deber ser leído correctamente para que uno llegue al destino correcto. Y les confieso algo queridos lectores, hay demasiados orientadores que están usando el mapa y no tienen la mínima idea de lo que están diciendo. La mayoría de ellos, creo sinseramente, tienen buenas intenciones, pero las buenas intenciones no son suficientes para llegar al destino, hay que saber leer el mapa.

Los tesoros permanecerán escondidos para aquellos que no tienen el mapa, para aquellos que no usan el mapa y para aquellos que usan mal el mapa. Pero para aquellos que aprendan a usar el mapa.. esos tesoros serán encontrados y disfrutados para siempre!

Les dejo meditando en las siguientes palabras del salmista:

«La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.  Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.» (Salmos 19.7-11)





Interpretando la Biblia – Gramaticalmente

20 11 2010

En esta serie de posts sobre Hermeneutica – principios de interpretación – ya vimos que debemos interpretar la Biblia literalmente, teniendo en cuenta el contexto del texto, el contexto histórico y también cultural.

Y aquí va algo que a muchos le va a animar y a otros desafiar. Una buena interpretación de la Biblia requiere conocimientos de Gramática! Sí, me refiero a la gramática que estudiamos en el colegio.

Una palabra, puede cambiar su significado apenas con un acento, o una letra diferente. Un verbo puede pasar de presente a futuro con una pequeña modificación. Una frase puede ser compreendida incorrectamente si uno no tiene claro quién es el sujeto y quién el predicado.

Si alguien se quedó confundido con el párrafo anterior, recomiendo enfáticamente que tome algún libro de gramática básica, y repase. Por más que sea aburrido para muchos, el fin está en compreender bien la Biblia, o sea, acceder a tesoros cuyos valores no pueden ser estimados en este mundo limitado.





Interpretando la Biblia – Culturalmente

7 11 2010

Acabamos de ver que es importante saber en qué momento histórico se escribió la parte de las Escrituras que estamos leyendo, para poder entender mejor qué quizo decir el autor a sus lectores.

Así mismo también tenemos que tener en cuenta la cultura; tenemos que interpretar la Biblia culturalmente.

Por ejemplo, cuando leemos el libro de Éxodo, vemos que Dios envió 10 plagas contra el pueblo egipcio antes de que este dejara libre al pueblo de Israel: Transformó al água del río Nilo en sangre, la plaga de las ranas , y así por delante.

Lo impactante está en que al estudiar la cultura egípcia descubrimos que en aquella época los egípcios tenían 10 principales dioses: El río Nilo, el dios rana, y así por delante.

¡Eso mismo! Las diez plagas no fueron por un acaso. Con cada una de ellas el Dios de Israel se estaba demostrando superior y victorioso sobre un dios egipcio, y así derrotó y humilló uno a uno a todos los 10 principales dioses de la mayor nación del momento, el império egipcio, mostrando ser el único y soberano Dios.

Entender la cultura el autor y de los lectores, así como también de los personajes encontrados en la narrativa bíblica, puede ser fundamental para una correcta interpretación bíblica.





    Interpretando la Biblia – Históricamente

    7 11 2010

    Es un grave error buscar en la Bíblia versículos que sirvan de apoyo para que enseñemos conceptos nuestros. Lo correcto es ir a la Bíblia y quitar de ella los conceptos que ella quiere enseñarnos.

    Hay que entender lo que el autor estaba queriendo decir y qué estaban entendiendo sus primeros lectores. Para ello, es importante interpretar la Bíblia históricamente.

    Hay que buscar saber en qué momento aproximadamente se escribió lo que estamos leyendo, qué estába pasando en ese momento, etc, y para ello nos ayudan bastante los libros de história universal.

    Por ejemplo, cuando uno estudia la história del Medio Oriente en la época de Jesús, va a saber que el Império Romano dominaba sobre la nación de Israel y sus alrededores, y así entenderá mejor por qué Jesús fue llevado a Poncio Pilatos, que era un gobernador romano, en plena Jerusalen.

     





    Interpretando la Biblia – El Contexto

    31 10 2010

    Ya dijo alguien alguna vez: «TEXTO FUERA DE CONTEXTO ES MERO PRETEXTO». Interpretar la Biblia teniendo en cuenta el contexto es fundamental para la buena comprensión de lo que uno está leyendo.

    Cuando uno lee una revista, jamás agarra la revista, abre a la suerte en una hoja cualquiera, baja el dedo y lee la frase «que le tocó», y una vez leída la frase, cierra la revista para meditar sobre qué quiso decir esa frase. Todos saben que eso sería locura! Pena que haya tanta gente que hace eso con la Biblia!!!

    Uno agarra la revista, identifica el tema de la revista (economia, salud, tecnología, moda, etc.), lee el título del artículo, luego lee «desde el comienzo hasta el fin».

    Interpretar el texto de acuerdo al contexto es fundamental, pues el contexto nos indica qué una frase está queriendo decir.

    Frase -> Versículo -> Párrafo -> Capítulo -> Libro ——> Frase

    Para entender con propiedad la frase, hay que ver el versículo, y así sucesivamente según ilustrado arriba.

    Al desconsiderar el contexto, uno puede encontrar en la Biblia prácticamente base para defender cualquier cosa. Es por desconsiderar el contexto, que mucha gente, con la mejor intención del mundo (y lo digo sin ironía), usa textos bíblicos para enseñar cosas que esos textos en sí no están enseñando.

    El lector y estudioso de la Biblia debe, sí o sí, tener en cuenta el contexto para asegurar una buena interpretación de lo que está leyendo.





    Interpretando la Biblia – Literalmente

    31 10 2010

    Ya vimos la diferencia entre la interpretación alegórica y la literal en un post anterior. Ahora hablaremos un poco más sobre la interpretación literal.

    En interpretación literal uno debe interpretar la Biblia en el sentido común. Cada palabra y frase debe ser entendida en su uso primario, normal, literal, de acuerdo al tipo de texto que está leyendo.

    Por ejemplo, un diario es un tipo de texto que narra cosas (narrativa), ya una música es poesía cantada. No interpretamos de la misma manera las frases de un diario que las frases de una música.

    Fíjense en este trecho retirado del diario ABC Color: «LUQUE. La tormenta que se abatió sobre el país anoche causó innumerables daños materiales en esta localidad debido a los vientos huracanados y a las enormes granizada que destruyeron las chapas de zinc de unas 400 precarias viviendas de las compañías luqueñas.»

    Uno automáticamente entiende que fue una tormenta de granizos que causó daños materiales, así como está escrito, en vez de decir «el periodista quiso decir la tormenta es el tráfico de drogas que ha estado causando mucho daño a la sociedad, etc, etc, etc.» Entienden?

    Por otro lado, esto no significa que la lectura literal deje de lado los lenguajes poéticos, los figurados como metáforas, comparaciones, etc. Fíjense en esta parte de la música «En la Tormenta» de Lilly Goodman: «En la tormenta cuando se oculta el sol, cuando la vida parece traer destrucción, no tengas miedo de lo que pueda pasar, porque en medio de todo Dios tiene el control».

    En este caso, al saber que es una música, uno sabe que «tormenta» se refiere al sentido figurado, y que por lo tanto puede significar cualquier dificultad que uno esté pasando.

    Uno de los grandes problemas de hoy en día está en que la gente busca interpretar figurativamente textos requieren una interpretación literal.

    No se confundan, interpreten la Biblia literalmente!

    Sugerencia: Recuérdense de saber qué estilo literario tiene el libro de la Biblia que están leyendo. Ya lo habíamos visto en dos posts anteriores.





    Exégesis vs Eiségesis

    24 10 2010

    En lo que se refiere al estudio e interpretación de la Biblia, podemos citar también dos fenómenos muy importantes, conocidos como «Exégesis» y «Eiségesis».

    El primero, «Exégesis», comienza con el prefijo griego «ex» que significa «de dentro» o «desde adentro»; mientras que el segundo, «Eiségesis», comienza con «eis», que significa «desde afuera para adentro».

    Siendo así, se conoce como Exégesis al proceso de ir a la Biblia para quitar de adentro lo que en ella está escrito, lo que ella está diciendo.

    Por otro lado, Eiségesis es el proceso de tomar un concepto de afuera y llevar a la Biblia para que ella diga lo que uno quiere que diga.

    Infelizmente, la mayoría de las personas  hoy practican la eiségesis (sean lectores, estudiantes o predicadores, o sean conscientes o inconscientes de ello). Toman sus conceptos, aquello que ya creen, que le enseñaron, o que decidieron creer, y después van a la Biblia a buscar versículos que puedan servirles como base para sus afirmaciones.

    Lo correcto entretanto es, ir a la Biblia a estudiar lo que ella está diciendo. En muchos casos encontramos conceptos que coinciden con los que ya teníamos, pero en otros aprendemos que estábamos equivocados y pasamos a conocer la verdad.

    Veremos en el siguiente post cuáles son algunas cosas que hay que tener en cuenta para hacer una exégesis correcta, o sea, para estudiar e interpretar correctamente la Biblia.